domingo, 13 de septiembre de 2009

Arranque en 11 segundos de Windows 7


Microsoft e Intel están colaborando de forma intensa para afinar (el comportamiento y marketing) ante el lanzamiento del nuevo sistema operativo Windows 7 el próximo 22 de octubre, y tras mostrar sus virtudes en aspectos como gestión energética, publicitan un tiempo de arranque de 11 segundos con un SSD y microprocesador Intel Core i7.

Para las pruebas se utilizó la plataforma Intel con el microprocesador más potente del mercado de consumo, un Core i7 con cuatro núcleos y 8 hilos de procesamiento unidos a una unidad de estado sólido como dispositivo de almacenamiento y del sistema, también del fabricante Intel. Windows 7 aprovecha los ocho hilos de ejecución del Core i7 para repartir las tareas de inicio del sistema y optimizar los tiempos de carga. La eficiencia del sistema manejando las unidades de estado sólido, muy rápidas especialmente en tiempos de arranque, lograron lo imposible, Windows 7 arrancando en 11 segundos. Es practicamente imposible acercarnos a esos valores, a pesar de las mejoras evidentes en este aspecto respecto a Vista, a no ser que nos gastemos bastante dinero en un equipo tan potente como el citado.

Microsoft ha encontrado en Intel una excelente aliada para alimentar el lanzamiento de Windows 7. Hace poco Intel presentaba sus nuevos procesadores i5, i7 , e i9 de la serie 8 con arquitectura Nehalem destinados a equipos más asequibles que su nueva generación de i7 y es evidente que Windows 7 puede impulsar las ventas de estos nuevos productos.

Tampoco hemos logrado acercarnos con ninguna distribución GNU/Linux (como llegan al mercado sin optimizaciones del kernel ni personalizaciones), a los registros anunciados de arranque en tres, cinco, seis o diez segundos, a pesar de la mejora con el sistema de archivos ext4. Pero, sin duda, trabajan en reducir el tiempo de arranque en lo posible.

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