Aunque hombres y mujeres aprecian la belleza de ambos sexos de un modo similar, lo cierto es que las consecuencias de esta apreciación son distintas. Y es que el efecto que provocan las mujeres atractivas sobre los hombres no sólo es de naturaleza óptica.
Un psicólogo pagó 10 dólares a unos estudiantes universitarios (masculinos) que quisieran participar en un test cuya supuesta finalidad era determinar la composición química de la saliva.
El fin real del test, sin embargo, era estudiar, por medio de la saliva, cómo reaccionaba el nivel de testosterona de un hombre tras 5 minutos de conversación con una auxiliar de laboratorio especialmente atractiva.
Los resultados fueron abrumadores: hasta un 30 % aumentó la testosterona segregada por los participantes en el experimento. Porque la belleza femenina es una especie de feromona visual: moviliza las hormonas sexuales masculinas y hace que los hombres entren en celo. Cuando esto sucede, el hombre se vuelve más ingenioso, más atrevido, más atento y tiende a coquetear.
martes, 14 de julio de 2009
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