Dave Nichols siempre quiso tener un vehículo que pudiera conducir y que consumiera basura como combustible desde que vio por primera vez al personaje llamado Emmet "Doc" Brown encender un reactor de energía nuclear doméstica denominado Mr. Fusion, en la película de ciencia ficción "Back to the Future" (* Que por cierto, es una de mis películas favoritas *). Dave Nichols siempre quiso tener un vehículo que pudiera conducir y que consumiera basura como combustible.
Dos décadas después de la trilogía de películas, Nichols modificó su furgoneta Ford F150 modelo 1989 para que quemara madera, hojas, cartón y otra biomasa a través de un sistema de combustible que según afirma, casi no genera ningún tipo de contaminante.
La tecnología es denominada gasificación y se utilizaba desde el siglo XIX para encender el alumbrado público y para cocinar. Incluso llegó a servir para algunos vehículos durante la Segunda Guerra Mundial, pero la gasificación prácticamente desapareció por el dominio del uso del petróleo.
El renovado interés en la gasificación surge por el presidente Barack Obama, que busca presionar para duplicar el uso de fuentes de energía renovable de EEUU en los próximos tres años, y se invertirán 15.000 millones de dólares para desarrollar la energía solar, la eólica, la obtención de biocombustibles avanzados, autos con mayor eficiencia en el consumo de hidrocarburos y otras tecnologías.
La gasificación trabaja al calentar materiales orgánicos a altas temperaturas sin que éstos se enciendan. La reacción química resultante produce una mezcla de gases de hidrógeno-hidrocarbono en vapor que es casi tan potente como la gasolina.
Su camioneta parece andar de la misma manera que cualquier otra y afirma que puede llevar su vehículo a correr por encima de los 120 Kmh. Lo único que es notablemente diferente entre la furgoneta y cualquier otra de su tipo es un dispositivo, ubicado justo detrás de la ventanilla de cabina del conductor, que ocupa una parte de la parte trasera y se parece a una estufa de madera. Un barril metálico, donde ocurre el calentamiento, se extiende justo por encima del techo de la cabina. El gas es capturado desde el barril y un sistema de vacío lo absorbe a través de tubería que va por debajo de la furgoneta hasta el motor.
Nichols y otras personas afirman que el revivir la gasificación, que también podría calentar y dar energía eléctrica a las casas, tiene posibilidades emocionantes, desde reducir la dependencia al combustible extranjero hasta abatir la emisión de gases contaminantes.
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